Angyal, Elvira.
(2015).
Jezična politika suvremene španjolske: kastiljski, katalonski, baskijski i galješki.
Diploma Thesis. Filozofski fakultet u Zagrebu, Department of Roman Languages and Literature.
[mentor Polić-Bobić, Mirjana and Skelin Horvat, Anita].
Abstract
Abolida la era franquista, empezó una nueva historia para el gallego, el catalán y el vasco. Llegaron a ser las lenguas cooficiales de referidas Comunidades Autónomas, y marcaron un nuevo camino. Aunque el castellano es la lengua que todavía prevalece en todos los sectores de la sociedad española, las dichas lenguas han alcanzado una etapa que les permita cambiar el destino que les impusiera la era franquista.
Comparados los tiempos que marcaron y que han ido marcando sus historias, el gallego, el catalán y el vasco han conocido inmensas diferencias en la manera de tratamiento de sus usuarios. Con la creación de la Constitución en 1978 se ha definido el carácter plurilingüe y pluricultural de España, y el país se ha estructurado en un conjunto de Comunidades Autónomas. Se inició el proceso de restauración del gallego, el catalán y el vasco.
En este trabajo he pretendido investigar la representación de las lenguas cooficiales en la promoción sociolingüística empezada con la creación de la Constitución en 1978. Su presencia en todos los sectores de la vida pública gracias a la manera decisiva en el proceso de reconstrucción sociolingüística ha sido inmensa y muy progresiva, y se notan grandes transformaciones en la política lingüística, pero la presencia del castellano sigue siendo muy universal. En mi opinión, la presencia del castellano no debe perderse, sino hay que trabajar en la difusión de las lenguas cooficiales. La enseñanza como instrumento clave de la existencia tiene una función central para la difusión de diferentes culturas y lenguas. Por otro lado, los medios de comunicación hoy día poseen un poder inmenso en su difusión por lo cual considero muy relevante el rol de este sector de la sociedad. La intervenición deberá estar tutelada por la Administración para que los recursos dedicados a la aplicación de las medidas del Plan de Normalización no se malgasten. La coordinación de acciones de las diferentes administraciones con competencias debe realizarse desde una estructura más o menos estable de profesionales de la planificación lingüística. En general, la prioridad de los gobiernos en los próximos años deberá ser incidir en aquellas áreas que han estado más descuidadas y con un objetivo claro, sin ambigüedades.
Según Monteagudo (2010), el futuro del gallego se basa en los dilemas que conciernen a dos aspectos fundamentales. Uno está relacionado con su base demográfica, su estatus sociopolítico y el rango de sus funciones comunicativas: el mantenimiento o aumento de su vitalidad. El otro dilema concierne a la definitiva estabilización de una variedad, el estándar y del código ortográfico.
El estatus de autonomía puede considerarse el paso siguiente a la independencia. En este caso, claro, me refiero al caso de Cataluña. La independencia cambiaría el estatus del catalán, de una lengua minoritaria con respecto a España a la lengua oficial de Cataluña, aunque ya es la lengua oficial del Principado de Andorra. Sin embargo, la vitalidad del catalán es más que visible y táctil, aunque no está plenamente garantizada, a pesar de su recuperación. La política lingüística de la lengua catalana es la más firme en Cataluña, tímida en las Islas y limitada en la Comunidad valenciana, donde, a pesar del aval científico, pervive, en algunos medios, la negación de la unidad de la lengua, que allí es denominada ‘valenciano’, y en las comarcas valencianas donde es la lengua propia, en cambio, el catalán ha retrocedido y sólo un tercio de la población lo usa. Es el 88º idioma del mundo. En el sector privado, sobre todo en las Baleares y en el País Valenciano, el catalán continúa siendo muy débil en los ámbitos económico, laboral, científico, tecnológico y comercial. El castellano, el francés y el italiano, en partes respectivas, mucho más fuertes y reconocidos, por motivos diversos (políticos, económicos, históricos, demográficos, etc.) afectan la posición social del catalán. Sin una acción pública y la determinación civil, es decir de sus hablantes, la posición del catalán no verá un futuro brillante.
Igual que el gallego y el catalán, el vasco ha conocido la transformación en su uso en las escuelas, en la Administración, en los medios de difusión, en Internet, en el ámbito familiar, etc., y cuenta con una promoción amplia más que nunca, pero no es la ley la que va a garantizar y asegurar su vitalidad, sino los hablantes naturales. Según la encuesta sociolingüística, el 20,8% de la población habla en casa en vasco tanto o más que en castellano y en 1991 el 21,8%. Existen cuatro razones posibles por los que el vasco tiene futuro: el orgullo vasco (se trata del nacionalismo étnico, el sentimiento de pertenencia a la comunidad); Euskaltzaindia (La Real Academia de la Lengua Vasca que mantiene una versión estándar llamada el euskara batua y protege la lengua); el estatus (es la lengua cooficial en la CAPV) y la tecnología (su presencia en internet). Asimismo, la transmisión familiar tiene una extraordinaria importancia en la vitalidad del vasco lo cual significa que los padres vascohablantes deben ser los que van a transmitir la lengua a sus hijos, y esa es su responsabilidad. Pero al fin y al cabo, el uso de la lengua, en este caso el vasco, debe ser voluntario.
Poder predecir el destino de estas tres lenguas cooficiales sería una adivinación, por lo cual prefiero mantener la postura neutral con relación a este asunto. Las medidas tomadas para restablecerlas ha dado origen a una nueva etapa de sus historias y son irrefutables los resultados, pero sus destinos dependerán únicamente de sus hablantes, porque al fin y al cabo, es la gente la que deteremina el destino de una lengua.
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